A veces Hertha se burlaba de Kristóf; se inclinaba reverencialmente delante de él, lo llamaba por su nombre y apellidos, y añadíasu rango profesional y académico. Entonces, él se sonrojaba y se mostrabasumiso y educado, triste, como alguien que comprende los motivos deltratamiento irónico del otro y se excusa por no poder ser diferente. Herthaintentaba consolarlo al ver su desesperación. Kristóf era como era, pero eraKristóf, y ella estaba unida a él y podía mantener con él verdaderasconversaciones.
Divorcio en buda; Sándor Márai
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