31 de enero de 2010

El tipo no murió

¡Hoy sí que ha sido un día muy largo y muy intenso!, pudo haber pensado Maximiliano al decidir que ya era tiempo de tener un cigarrillo sostenido entre sus labios, entre sus manos, aunque más no sea sin humo y sin ceniza. Dame un cigarrillo, quiero un cigarrillo, ¿me trajiste cigarrillos? Tres frases de tres palabras, que bien podrían ser una sola, eran las que se generaban en su mente viciada y las que brotaban de su cuerpo abstemio, a través de las grietas de su boca reseca por falta de agua y alimento; tres frases a cada una de las visitas ¿Podés creer que veo el humo?, me dijo observando el espacio próximo a la colilla. No estás mal, Maxi, yo también lo veo, le aseguré y me sonrió.

J.B.

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